Nenes de Oro

Fuente: elpais.com

Estatización de la deuda privada

x Leandro Carballo

Rocca, Macri, Peréz Compac, Fortabat, Madanes, gracias al seguro de cambio del ’82 estos apellidos son algunos de los que obligan al Estado a estar atado y pendiente de fondos acreedores internacionales, sin siquiera reflexionar sobre ello.

En vísperas de un nuevo megacanje de deuda externa, aún queda determinar y justificar la obligación que tiene el Estado de pagar la totalidad de lo adeudado. Para ser más especifico, la obligación que tiene cada ciudadano argentino sobre lo calculado y reclamado por el City Morgan y el Club de París.
27 años atrás Alejandro Olmos comenzó un juicio contra el Estado en la causa Nº 14.467, caratulada “Olmos, Alejandro S/dcia”, al verse perjudicado por el cobro de la deuda externa. En el 2000, meses después del fallecimiento de Olmos, la deuda fue declarada ilegal por el Juez Jorge Ballesteros. Los peritos de la causa establecieron que la mitad de una deuda de 45 mil millones de dólares fueron contraídos por privados y estatizado por el estado en 1982.

Ver lo que quieren que veamos

En el programa Presidentes de Latinoamérica, emitido por Canal 7 y Encuentro, el mandatario brasileño, Lula Da Silva afirmó que la colaboración que encamino la perdida de la soberanía de su país y los Estados vecinos a favor de la potencia estadounidense fue, en gran parte, culpa de su propia elite “nefasta”. Cabe preguntarse ¿cuál fue y es la elite argentina? ¿Quienes son los culpables de la deuda que entregó al país, sobretodo en las últimas tres décadas, al centro de poder de las financieras, los fondos y bancos mundiales? Los negreros del África colonial tenían la minima hombría de perseguir, luchar y encadenar con sus propias manos la futura maquina de carne a la venta. En los últimos 30 años las cadenas, selladas con el dólar, se volvieron invisibles a los ojos de la mayoría. Ningún negrero contemporáneo tuvo la valentía de advertir a la población que sus ingresos serían utilizados para pagar algún intento de libertad soberana del país.

Paolo Rocca

Meses atrás cuando Venezuela bajo el gobierno de Chavez decidió estatizar Sidor, empresa acerera perteneciente a Techint, este grupo puso el grito en el cielo. Sin embargo su fundador, Agostino Rocca, no emitió queja alguna cuando la última dictadura militar estatizó su deuda extranjera de 352 millones de dólares. La excusa para cometer el gran atraco fue llamado “seguro de cambio”. Medida implementada por el fugaz presidente del BCRA Domingo Cavallo durante sus dos meses de gestión. Las arcas argentinas se supeditaron a pagar la diferencia que acarreaba la devaluación de la moneda nacional con respecto al dólar estableciendo la fecha en que se adquiría el préstamo y el momento de pago. De este modo cada privado pagaría el mismo monto pedido en pesos y la sociedad se haría cargo de la diferencia en dólares.
Techint reclamó al gobierno kirchnerista intervenir en la disputa con el gobierno bolivariano. Los medios afines se hicieron eco de la solicitada sin éxito. Así como Página 12 otorga espacio a recordar desaparecidos, La Nación publicita las medidas y las ganancias logradas por Techint y otros grupos. Es tal el contacto que el día del fallecimiento del presidente de la acerera Agostino Rocca (h), en la avioneta estrellada se encontraba el secretario de redacción de La Nación Germán Sopeña. Aún después del auxilió pedido al país donde emergieron, la familia Rocca, ahora con Paolo a la cabeza, consideró que otorgaba mayor seguridad resguardar en un banco alemán los 400 millones de dólares con los cuales Venezuela compro un trozo de soberanía.
El 4 de marzo del 2005, el mismo día que el gobierno adhería al canje de la deuda, Siderar, del grupo Techint, declaró ante su publicista ventas en ese año por $3666 millones de pesos.

Franco Macri

Quienes tienen el coraje de rescatar algo positivo del gobierno de facto iniciado en el ’76 hacen hincapié en la modernización de las autopistas a lo extenso del país. Cavallo calculó en 1982 el sobreprecio en esas obras de tercera necesidad: “(Por el mismo monto) se podrían haber construido aproximadamente 5000 kilómetros de nuevas rutas pavimentadas en el interior del país”. Las empresas que se encargaron de remodelar rutas argentinas, en su mayoría cercanas a la capital nacional, se las llamó patria contratista. Congeniaban en su pedido de dinero a un Estado sensible incapaz de negar nada. Entre estos se encontraba Sideco Americana perteneciente al grupo Socma que presidía Franco Macri.

El pícaro Franco no satisfecho con este beneficioso subsidio fue por más. En muestra de lealtad patriótica el grupo Socma le otorgó al Estado una deuda al extranjero de alrededor de US$180 millones. Las empresas del grupo pasaron de 7 en 1975 a 45 en el final de la dictadura. Al pasar los años se le adjudicó el correo (en el 2000 tuvo que ser concursada por la enorme deuda), la recolección de basura en la Ciudad de Buenos Aires (otra vez sobreprecio) y mil kilómetros de peajes en rutas. Además disponía de $100 millones en concesiones sobre la ciudad al momento de la asunción de Mauricio Macri (Vice de Socma). La relación entre padre e hijo Macri dice estar quebrada desde hace rato pero también hay quien dice que la sangre es más espesa: Carlos Melconian, quién firmó como jefe de deuda externa la estatización de la deuda de Francisco, en 2007 fue candidato a senador de Mauricio.
El jovial Franco aún insatisfecho con sus privilegios, 2 meses antes de la crisis del 2001 reclamó: "deberían tomarse medidas drásticas, como por ejemplo estatizar toda la deuda privada”. En febrero de 2002, con Duhalde en mandato, la Fundación Invertir continuó su pedido. El cierre contable de 2008 de Sideco Americana mostró beneficios por $ 483 millones.

Gregorio Pérez Compac

El mandamás de Molinos Rio del Plata, Gregorio Peréz Compac, acredita particulares hobbies: comprar Ferraris y vender empresas a extranjeros. En el pasado octubre exhibió en el hipódromo de San Isidro su última adquisición por la cual pago US$ 10 millones. Gregorio es dueño de una de las mayores colecciones de Ferraris del mundo y una de las tres mayores fortunas de Argentina. Aun así cuando en 2004 le revocaron a su fundación la excepción al impuesto a las ganancias el diario La Nación consideró “conveniente emitir su opinión sobre esta cuestión, que ha conmovido a la opinión ciudadana, ya que afecta a una entidad de bien público que ha realizado importantes contribuciones al mejoramiento social”. En el ’82 contribuyó a la sociedad con una deuda US$ 909.404 millones.

Amalia Fortabat

Como Gregorio: dueña de una de las tres mayores fortunas de Argentina. Como Franco: los megaproyectos infraestructurales dispararon las ganancias de la cementera heredada Loma Negra. Aún así la consejera de los distintos gobiernos de turno desde los ’70 parece no haber manejado correctamente sus finanzas los primeros años luego del fallecimiento de su marido. Le entregó al estado su impagable deuda de US$62 millones. Hoy su fortuna ronda los US$1.500 millones.

Familia Madanes

10 obreros murieron en el 2006 durante una construcción en la planta de Puerto Madryn de Aluar al caer sobre ellos el silo de un techo de 30 metros de altura. Cada familia recibió alrededor de $100 mil como indemnización. Aluar, que al igual que la empresa Fate, pertenece al grupo Madanes, ese año recibió una subsidio del Estado por 700 millones de pesos. Ese mismo año la remodelación permitió incrementar sus exportaciones en US$220 millones, llegando así a US$660 millones. La familia Madanes en 1982 entregó su deuda a la nación de 230 millones de dólares.

Deuda Interna

La deuda actual de la argentina supera los US$140 mil millones. La mitad son intereses de viejas deudas. Muchas logradas con autopréstamos de empresas a sus propias cuentas en bancos en el exterior. Aún así todos los gobiernos han intentado pagar la deuda, han acatado órdenes del FMI o han sido serviles con el club de París. Sin embargo nadie ha respondido a la deuda interna. Nunca se esclareció, muy pocos se preocuparon en hacerlo, si todos pagan una deuda que alguna vez los benefició o están condenados a vivir subyugados por la miseria de unos pocos.